El poliestireno expandido (EPS) como elemento aislante en la construcción

Su uso como material de aislamiento térmico es relativamente frecuente. De hecho, fue en 1991 cuando se empleó EPS por primera vez en la rehabilitación de una vivienda en Alemania. Sin embargo, dadas sus cualidades, desde ese momento se utiliza de forma habitual en la construcción de edificios. Su efectividad está altamente probada. En 2014 se instaló un sistema de aislamiento térmico exterior con EPS para rehabilitar un edificio de 1888 en Australia y el resultado no pudo ser mejor, se redujo la demanda de calor en un 95%.

Principales características del EPS

Efectivamente, el poliestireno expandido es un gran elemento aislante, ya que se compone de pequeñas celdas de aire. De hecho, un solo centímetro de EPS gris ofrece el mismo rendimiento en materia de aislamiento que 72 cm de hormigón armado. Además, la elaboración de planchas de EPS es rápida y sencilla, quizá por esta razón su uso en Europa es mayoritario.

En este sentido, la Asociación Europea de Sistemas Compuestos de Aislamiento Térmico por el Exterior señala que en torno al 83% de los aislamientos térmicos y acústicos en territorio europeo utilizan este material. Cabe destacar que no resulta perjudicial o nocivo, ni para las personas ni para el planeta.

EPS: ¿es un material sostenible?

Es cierto que, para su fabricación, el poliestireno expandido requiere de una pequeña cantidad de petróleo. Sin embargo, su uso como material aislante puede ahorrar hasta 200 litros de combustible fósil relativo al uso de sistemas de climatización, como la calefacción o el aire acondicionado. De hecho, de acuerdo con la norma ISO 14025, el impacto del EPS es muy inferior al de otros elementos que se consideran ecológicos como, por ejemplo, las espumas minerales o la fibra de madera.

Ventajas del uso de EPS en la construcción

Entre sus cualidades, destacan algunas que lo convierten en una gran opción para el sector de la construcción.

• Económico. Su proceso de fabricación es sencillo y rápido, por lo que no requiere de un coste elevado y su precio es asequible.

• Durable, no se deteriora con el tiempo y es 100% reciclable.

• Es permeable al vapor de agua, evitando problemas de humedad.

• Mejora la calidad del aire interior, previniendo así la aparición de moho.

• Es estable y presenta una gran resistencia a la tracción o al fuego.

• Versatilidad. Es un material ligero que se maneja fácilmente y se puede cortar sin mayor complicación, dándole la forma deseada.

¿Qué es el Sistema de Aislamiento Térmico de Edificios (SATE)?

Hoy en día, el SATE es uno de los sistemas de aislamiento más utilizados en la rehabilitación de inmuebles. Consiste en colocar tres capas de protección por el exterior del edificio, una acción que permite mejorar la envolvente exterior de los cerramientos verticales, eliminando los puentes térmicos.

Los diferentes paneles aislantes se colocan sobre un elemento portante vertical, la primera capa será de aislante, en la segunda se aplicará un mortero de agarre y en la parte exterior el acabado final. En definitiva, esta triple protección facilita que las temperaturas de interior se mantengan estables, lo que contribuye a un importante ahorro energético. Asimismo, hablamos de un material que no resulta invasivo, ya que, al colocarse por el exterior, no reduce el espacio interior de la vivienda. Finalmente, este sistema previene los problemas de humedad, sobre todo los que se producen por condensación.

Principales componentes del SATE

Como ya hemos comentado, este sistema de aislamiento está compuesto por varios elementos que constituyen diferentes capas y que, para su correcto funcionamiento, no se pueden separar unas de otras. Entre sus principales componentes podemos destacar los siguientes:

• Mortero de fijación y capa base. Se mezclan todos los componentes de forma mecánica y se utiliza para adherir los paneles aislantes sobre el soporte.

• Paneles de aislamiento de EPS.

• Malla de refuerzo. Debe ser resistente y cumplir con las especificaciones de ETAG 004.

• Anclaje o fijación mecánica. Se adapta al soporte en función del elemento aislante aplicado y al grosor de este.

• Revestimientos. Se trata del acabado final, el material que va a proteger la fachada de las inclemencias del tiempo: la radiación solar, lluvia, etc. Es la parte más visible, por lo que también cobra relevancia conseguir un resultado estético adecuado. Actualmente, las posibilidades en el diseño son, prácticamente, ilimitadas.

• Perfiles. Otra parte importante que integra el sistema, en este sentido será fundamental decantarse por las piezas recomendadas por el fabricante para optimizar el resultado final.

Por último, habrá que tener en cuenta que, en función del tipo de sistema elegido y los acabados seleccionados, podrá variar el orden de ejecución de la obra o de las diferentes capas que la conforman.

En CIR62 contamos con una gran experiencia en la comercialización de productos para el aislamiento térmico por el exterior. Como los sistemas SATE Baumit y los sistemas SATE Fassatherm. Por esta razón sabemos bien que son alternativas para mejorar la eficiencia energética de los edificios y su comportamiento térmico. Ayudan a reducir el consumo de energía e incrementan el bienestar interior, creando un hogar confortable tanto en invierno como en verano.