TELAS O LÁMINAS ASFÁLTICAS, ¿QUÉ SON Y PARA QUÉ SE UTILIZAN?
Las cubiertas, terrazas o tejados se encuentran en constante exposición a la humedad y a la lluvia, provocando que sean zonas sensibles a las goteras y filtraciones. Evitar este problema es posible y se consigue con una buena impermeabilización de la superficie a través de las telas o láminas asfálticas.
En el mercado existen diferentes modelos, uno de ellos es la tela asfáltica de betún modificado (tipo LBM) de Danosa disponible en CIR62. Estas láminas, como su nombre indica, están fabricadas con betún modificado y compuestas por una armadura recubierta por ambas caras con betún plastómero o elastómero SBS. En cuanto a su superficie, se pueden diferenciar las que no disponen de protección y las que, por el contrario, cuentan con una autoprotección metálica de aluminio gofrado o mineral con granulado cerámico o pizarra, que les permite quedar expuestas a la intemperie y resistir los rayos de sol sin deteriorar su composición.
Ventajas de las láminas bituminosas
Este sistema de impermeabilización cuenta con una serie de puntos fuertes con respecto a otros productos impermeabilizantes. Su principal atractivo es la duración, por lo que la inversión inicial se ve amortizada con el paso del tiempo.
Entre otros beneficios nos encontramos su adaptabilidad a cualquier tipo de soporte y su gran estabilidad, que le permite conservar mejor sus propiedades con el paso del tiempo.
¿Cómo se instala una tela asfáltica?
Primer paso. Los materiales
Instalar una tela asfáltica en una cubierta, tejado o terraza requiere una preparación previa de la zona. Primeramente, mediremos la superficie a impermeabilizar con un flexómetro, teniendo en cuenta que se deben dejar 20 centímetros de más en todo el perímetro de unión del suelo con las paredes. Además, habrá otros 10 cm de solape de cada una de las láminas asfálticas sobre la contigua.
Una vez esté medida la zona habrá que preparar los materiales para su colocación: mascarilla, gafas de protección, cúter, flexómetro, rodillo, cepillo, soplete, botella de gas, paleta de punta redondeada, imprimación bituminosa, guantos de nitrilo -para la imprimación- y guantes de piel -para colocar la tela asfáltica-, y, cómo no, las láminas asfálticas. Estos elementos los puedes encontrar en CIR62.
Segundo paso. Preparar la zona
Es importante que antes de colocar las láminas asfálticas se limpie la superficie con un cepillo. De esto modo se evitará que queden pequeños elementos que puedan llegar a dañar la tela, una vez instalada, provocando futuras goteras.
Después de limpiar la superficie, procedemos a aplicar la capa de imprimación bituminosa por toda la zona con la ayuda del rodillo y de los guantes de nitrilo, consiguiendo que, posteriormente, la tela asfáltica tenga un mayor agarre.
Es importante que en el día elegido para aplicar la capa de imprimación no llueva ni haya una temperatura por debajo de los 5ºC.
Tercer paso. Colocación de la tela asfáltica
Hay que intentar aprovechar la tela al máximo. Mide y corta según el tamaño de superficie que se vaya a utilizar.
En el momento de su colocación, se deberá comenzar por la parte más baja de la superficie. Desde este punto, se aplicará calor con el soplete sobre la parte bituminosa del rollo para, posteriormente, aplicar presión contra la superficie con la ayuda de las manos -con los guantes de piel- y finalmente rematar con la paleta de punta redondeada para que la tela se adhiera de manera uniforme a la superficie.
Repetiremos con todas las telas, teniendo en cuenta que en las zonas donde se solapen se deberán dejar los 10 cm de láminas -una sobre la otra- que mencionamos anteriormente.
Se deben reforzar las zonas con más tiras de tela asfáltica en donde haya uniones, ya que son más propensas a tener filtraciones.
Mantenimiento de las láminas bituminosas
Conviene revisar la cubierta anualmente con el fin de comprobar su estado y reparar los posibles defectos que se hayan producido. Las labores mínimas que realizar son:
- Examen general de los elementos de impermeabilización.
- Verificación de la impermeabilización en los elementos emergentes.
- Eliminación de cualquier tipo de vegetación o moho que se haya podido generar en la cubierta.
- Eliminación de los posibles sedimentos que se hayan podido acumular por retenciones ocasionales de agua.
- Mantenimiento de la protección de la cubierta en las condiciones iniciales.
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